El dióxido de carbono (CO₂) es el gas de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global del planeta. En los dos últimos siglos, su concentración atmosférica ha aumentado de forma considerable, principalmente a causa de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles.
Una de las opciones para reducir las emisiones de CO₂ es almacenarlo en el subsuelo, captura y almacenamiento de CO₂ una opción tecnológica para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI).
Según el Informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) la captura y almacenamiento de CO₂ contribuiría entre el 15 y el 55% al esfuerzo mundial de mitigación acumulativo hasta el 2100, presentándose, por tanto, como una tecnología de transición que contribuirá a mitigar el cambio climático.
La captura y almacenamiento de carbono, consiste en capturar el CO₂ producido en las centrales eléctricas o plantas industriales, y luego almacenarlo por un largo periodo de tiempo, ya sea en formaciones geológicas del subsuelo, en océanos o en otros materiales.
Y ya que se espera que los combustibles fósiles sigan siendo una fuente de energía muy importante hasta mediados de este siglo por lo menos, las técnicas para capturar y almacenar el CO₂ producido, podrían contribuir en combinación con otros esfuerzos a combatir el cambio climático y a estabilizar la concentración atmosférica de los gases de efecto invernadero.
Las presiones ejercidas desde los distintos gobiernos para reducir las emisiones de CO₂ y así poder cumplir los compromisos adquiridos en el protocolo de Kioto, hizo que se pusiesen en marcha políticas de apoyo a los trabajos que impulsan estudios de almacenamiento del CO₂. Actualmente existen varios proyectos desarrollándose a nivel mundial, uno de ellos en Noruega:
EL MAYOR CENTRO DE CAPTURA Y ALMACENAJE DE CO₂
El mayor centro de captura y almacenaje de CO₂ del mundo se encuentra instalado en Noruega. La instalación, en la que se han invertido $1,000 millones de dólares, probará dos tecnologías de captura de carbono que podrían llegar a usarse a escala industrial si se demuestra que son rentables y seguras.
Durante la apertura de la planta, cuya construcción se llevo a cabo en una antigua refinería de petróleo, el primer ministro, Jens Stoltenberg, dijo que la tecnología de captura de carbono podría lograr hasta un veinte por ciento de las reducciones de emisiones de carbono que muchos científicos dicen se necesita para el año 2050.
¿QUÉ ES EL DIÓXIDO DE CARBONO?
Se trata de un gas incoloro soluble en agua cuyas disoluciones tienen reacción ligeramente ácida. Se produce en la combustión completa de carbones y sustancias orgánicas, en reacciones de fermentación y por la acción de los ácidos fuertes o del calor sobre los carbonatos. Se encuentra en la atmósfera en una proporción aproximada del 0,03 por ciento, en volumen. Lo utilizan las plantas verdes para la síntesis de los hidratos de carbono. Se emplea, por ejemplo, en la fabricación de bebidas refrescantes, en la extinción de incendios o en la obtención de nieve carbónica.