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viernes, 7 de abril de 2023

El hundimiento del barco acorazado más grande de la Armada Imperial Japonesa

El 7 de abril de 1945, en las costas de Okinawa, era hundido el barco acorazado más grande de la historia y emblema de la Armada Imperial Japonesa, ese día se acababa el reinado del "Acorazado Yamato". Concebido como el pináculo de la industria naval japonesa para demostrar su dominio sobre el mar, fue construido con las más modernas técnicas y más poderosas armas, fue botado el 8 de agosto de 1940. 

Este barco dio a los oficiales de la armada y a todos los marineros un sentimiento de invencibilidad y confianza en su destino. Su presencia era abrumadora, con 263 metros de eslora, su peso de 73 mil toneladas se debían a su blindaje y poder de fuego. 

Su armamento constaba de 9 cañones de 460 mm, 12 cañones de 155 mm, 15 cañones de 140 mm, 24 cañones de 25 mm y 4 cañones de 13 mm, plataformas de cargas de profundidad y decenas de ametralladoras de largo alcance. 

Su blindaje lateral de más de 40 cm de espesor lo hacían impenetrable. Se probó que podía acertar a un blanco a mas de 42 km de distancia y a lo largo de su tiempo de servicio demostró que ningún barco enemigo podía vencerlo. 

Al mando del almirante Isoroku Yamamoto y con casi 3.000 tripulantes participó en las batallas de Midway, Guadalcanal, Filipinas, Golfo de Leyte, Sibuyan, Samar y Ten-Go. El Yamato se había transformado en el terror de la armada de los EEUU, la botadura de su hermano mellizo, el acorazado Musashi, hizo que se pusieran en marcha planes serios y ambiciosos para deshacerse de ellos. 

Para poder derrotarlos estaba claro que no bastaba una fuerza naval convencional, por ello se sumaron a la operación portaviones y submarinos. 

A las 8:23 del 7 de Abril de 1945 en proximidades de Okinawa, el acorazado Yamato fue interceptado por aviones de la armada de los EEUU, con su ubicación develada se inició la cacería. una fuerza naval inusitada sumada a 280 aviones de todo tipo acorralaron al Yamato, poco a poco sus fuerzas antiaéreas fueron aniquiladas, los bombarderos abrieron varios boquetes en la cubierta y un torpedo lo impacto en la proa. 

Los sistemas antiescora no pudieron evitar que el barco se inclinara dejando a la vista su casco inferior y haciendo obsoletas las torres de cañones, un segundo ataque lo inmovilizó inundándose las calderas. 

El tercer ataque fue el definitivo su inclinación dejó a la vista sectores no blindados por donde los torpedos ingresaban sin resistencia, el final llegó al explotar el depósito de municiones. 

Casi la totalidad de la tripulación se fue al fondo del mar a bordo del Yamato, en honor a su aguerrido enemigo, las fuerzas de los EEUU decidieron cesar los disparos para permitir que las naves japonesas mas pequeñas se acercaran a buscar a los sobrevivientes. El hundimiento del Yamato marco el fin del espíritu triunfalista de la sociedad japonesa, hoy en día la palabra "Yamato" se utiliza para representar el fin de una esperanza.

El hundimiento del barco acorazado más grande de la Armada Imperial Japonesa

sábado, 15 de febrero de 2020

La explosión del Maine ¿Accidente o conspiración?

El 15 de febrero de 1898 el acorazado Maine se hundió y desencadenó la guerra hispano-estadounidense

En el aniversario de la firma del Tratado que puso fin al conflicto sigue sin aclararse la causa del estallido.

La explosión del Maine ¿Accidente o conspiración?

“Pongan las fotos, que yo pongo la guerra”. La famosa frase del magnate de la comunicación William Hearst pone de manifiesto hasta qué punto Estados Unidos tenía interés en participar en el conflicto entre Cuba y España a finales del siglo XIX. La extraña explosión del acorazado 'Maine', que Washington esgrimió como 'casus belli' contra España, está plagada de sombras. Numerosas investigaciones apuntan a un accidente o incluso a un montaje de los estadounidenses para tener una excusa para intervenir en la guerra. El conflicto puso fin al dominio español en Cuba y Puerto Rico -además de Filipinas- mediante el Tratado de París firmado el 10 de diciembre de hace 114 años. Sin embargo, a pesar de haber transcurrido más de un siglo, las causas de la explosión del navío están lejos de aclararse. Las reiteradas negativas de EE UU para realizar una investigación imparcial han reforzado las hipótesis de quienes aseguran que todo fue un pretexto de los norteamericanos para iniciar las hostilidades.

El 'USS Maine' echó el ancla en el puerto de La Habana en enero de 1898. Su llegada no fue bien vista por las autoridades españolas. La guerra con Cuba se prolongaba ya tres años y en Madrid eran más que conocidos los intereses estadounidenses en controlar la isla. De hecho, en EE UU la presión mediática liderada por la prensa más sensacionalista para que su Gobierno declarase la guerra a España era feroz.

Desde que el 'Maine' llegó al puerto, las medidas de seguridad de la tripulación fueron muy elevadas. De hecho, el capitán del buque, Charles D. Sigsbee, no permitió a los marines bajar a tierra, aunque sí a los oficiales. Cuando el 15 de febrero se produjo la explosión en la que murieron 261 soldados, el Gobierno estadounidense la achacó a una mina submarina y responsabilizó a España. Por su parte, las autoridades españolas negaron cualquier implicación y se mostraron dispuestas a colaborar con los estadounidenses para aclarar los hechos. Una oferta que fue rechazada.

Explosión interna
Pese a todo España realizó su propia investigación en la que concluyó que la causa de la explosión no pudo ser una mina ya que no se registró ninguna columna de agua ni tampoco aparecieron peces muertos. Además, la llegada del 'Maine' no era esperada en la isla, por lo que la posibilidad de colocar una mina se desvanece. Y más cuando los barcos de la armada española 'Alfonso XII' y 'Legazpi', que estaban junto al navío estadounidense, también resultaron dañados. La propia comisión estadounidense encargada de la investigación que estableció una causa externa, reconoció que los autores no se habían podido determinar.

Sin embargo, la versión oficial no convencía y se produjeron más análisis. Todas las investigaciones modernas apuntan a que la explosión tuvo un origen interno y no externo. En concreto se inclinan mayoritariamente por la deflagración accidental de las carboneras, que estaban al lado de la sala de municiones, tal y como explicó el almirante estadounidense Hyman G. Rickover en un estudio realizado en 1976. Y es que este tipo de accidentes fueron bastantes habituales en otros barcos de la misma 'familia' que el 'Maine'. Así habían sufrido accidentes de combustión espontánea del carbón el 'Olympia', el 'Wilmington', el 'Broolkyn' o el 'Oregon'.

En un suceso tan opaco como el del 'Maine' no puede faltar la teoría de la conspiración. Y esta dice que la explosión no fue accidental, sino provocada por los propios estadounidenses para tener un pretexto con el que involucrarse en la guerra. Para ello se basan en la explosión se produjo en una zona cercana a la tripulación y no de los oficiales. Como consecuencia solo fallecieron dos de los 19 mandos del buque, mientras que pereció el 70% de los soldados. Tampoco ayuda a resolver el asunto que el Gobierno de Estados Unidos reflotase el barco en 1911 para rescatar los cuerpos y lo volviese a hundir sin permitir que una comisión internacional lo inspeccionase. El 'Maine' guarda su secreto a 1.100 metros de profundidad.

martes, 6 de marzo de 2018

El mensaje en una botella más antiguo del mundo

Una familia australiana encontró el mensaje en una botella más antiguo del mundo.
El mismo tiene nada menos que 132 años y fue arrojado desde un barco alemán.

El mensaje en una botella más antiguo del mundo

El mensaje en una botella más antiguo del mundo

Tarde o temprano, el mar todo lo devuelve. Incluso después de más de cien años. Una familia australiana encontró en las costas de la isla Wedge una botella con un mensaje escrito, el más antiguo mensaje en una botella encontrado hasta el momento.

La botella es de una marca holandesa de ginebra y fue encontrada en una playa a 180 kilómetros de Perth.

El mensaje escrito data del 12 de junio de 1886 y fue colocado adentro de una botella que fue arrojada al agua desde el barco alemán Paula, cuando navegaba a unos 950 kilómetros de la costa suroccidental de Australia.

Los Illman caminaban por las dunas cuando divisaron una "bonita botella vieja". "La llevamos a casa y cuando la abrimos vimos que el papel tenía algo escrito a mano en alemán", afirmó Tony Illman.

En el papel enrollado el capitán del Paula registró la fecha, las coordinadas de la ubicación del barco, los detalles de la ruta, y pedía que la nota fuera entregada al Observatorio Naval Alemán o al consulado germano más cercano.

Luego de analizar el hallazgo, el arqueólogo Ross Anderson del Australia Occidental indicó que se trataba de una botella holandesa del siglo XIX y se puso en contacto con colegas alemanes y holandeses para que chequearan el registro del libro de navegación del Paula. "Increíblemente, había una entrada del 12 de junio de 1886 en el que el capitán registraba que se había arrojado una botella por la borda", aseguró el arqueólogo.

El mensaje en una botella más antiguo de la que se tenía conocimiento hasta ahora, tenía una antiguedad de 108 años.