¿Sabías que durante siglos circuló una leyenda que afirmaba que, tras la elección de un nuevo papa, un hombre debía comprobar si realmente tenía testículos? Aunque suena a broma o a episodio de sátira medieval, esta historia tiene un trasfondo histórico tan extraño como fascinante. En este mes en que hemos visto el cambio del nuevo Papa, recordamos esta historia curiosa del pasado.
La sedia stercoraria y el ritual del Palpati
Según la tradición, existía un peculiar ritual llamado "Palpati", que se realizaba luego de elegir al nuevo Papa. Este consistía en hacer que el pontífice se sentara en un asiento de mármol con un agujero en el centro, llamado sedia stercoraria. A través de ese orificio, un eclesiástico introducía la mano para palpar los genitales del recién elegido, comprobando que efectivamente era un varón.
Una vez confirmado que “todo estaba en su lugar”, pronunciaba solemnemente:
"Testiculos habet et bene pendentes" ("Tiene testículos y cuelgan bien"),
a lo que todos los cardenales respondían al unísono:
“¡Deo Gratias!” ("¡Gracias a Dios!").
¿Por qué existía este ritual?
Aunque no hay evidencia definitiva de que se haya practicado realmente, la razón detrás del ritual se remonta a una de las leyendas más persistentes del Vaticano: la Papisa Juana.
La leyenda de la Papisa Juana
Durante la Edad Media, comenzó a circular la historia de Juana, una mujer culta que, disfrazada de hombre, habría escalado posiciones en la Iglesia hasta llegar al papado. Se dice que su identidad fue descubierta cuando dio a luz en medio de una procesión papal, generando escándalo y vergüenza en toda la cristiandad. Aunque la Iglesia siempre negó este episodio y lo consideró una invención hereje, la historia fue tan popular que incluso aparecía en crónicas y grabados de la época en la vida en la edad media.
Como consecuencia, habría surgido el ritual del Palpati para evitar un “papado encubierto” en el futuro.
¿Es real o un mito medieval?
Hoy en día, muchos historiadores coinciden en que este curioso procedimiento es más mito que realidad, alimentado por el morbo de los siglos y el deseo de los escritores medievales de añadir drama a las intrigas del Vaticano. Además, los registros más antiguos que lo mencionan aparecen varios siglos después del supuesto evento con la Papisa Juana, lo que pone en duda su veracidad.
Sin embargo, lo cierto es que la sedia stercoraria sí existió. Puedes verla hoy en el Museo del Vaticano. Y aunque su uso original podría haber sido distinto (algunos dicen que simplemente era una silla antigua reutilizada en ceremonias), la leyenda que la rodea ha perdurado.
La mezcla de historia y leyenda
El caso del Palpati y la Papisa Juana nos recuerda cómo, en el pasado, la línea entre historia y leyenda era muy delgada. En un mundo donde los registros eran escasos y el poder se entretejía con el simbolismo, no es extraño que surgieran mitos como este.
Sea verdad o no, lo que nadie puede negar es que esta historia es uno de los capítulos más curiosos y extravagantes del pasado papal.
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